top of page
EL SALTO DEFENSIVO.

 

Cuando hablamos de un salto defensivo, nos referimos al movimiento de un defensor de abandonar su par y acudir a defender a otro atacante. Hablaremos de salto directo si se produce cuando el jugador que realiza el salto está defendiendo a un atacante con balón y salta tras un pase de este al receptor del balón; o indirecto, si el salto se produce desde un jugador sin balón al poseedor del balón.

Los saltos más típicos son los que se realizan de pico a ala, aunque también se pueden ver casos de alas a cierre o a portero. Sin embargo, al ser los primeros los más habituales, los desgranaremos a continuación.

El salto puede tener una función de generar un 2x1 con el poseedor del balón o, simplemente, como una manera de mantener las líneas defensivas ante un movimiento ofensivo. La diferencia entre una u otra es el comportamiento del defensor del poseedor del balón. Si éste  continúa con la presión, se genera un 2x1 (como en el análisis de Inter en el video), mientras que si pierde altura (retrocede), mantiene las líneas defensivas (como el resto de saltos analizados).

El salto defensivo se puede permitir como ‘’recurso’’ dentro de un modelo defensivo como Inter o Palma, o basar un modelo en el mismo, como se pudo ver en Peñíscola esta temporada.

La efectividad del mismo depende de la calidad de los jugadores, por lo que siempre está sujeto a debate sobre su utilización en élite, ya que, si no se ejecuta correctamente, puede producir una desorganización defensiva importante como se ve en el vídeo con el Pozo.

Aparecer entre líneas o no realizar control orientado hacia el jugador que está saltando serían algunas de las maneras para intentar sacar ventaja en ataque de ese salto defensivo.

Es un concepto difícil de explicar de manera teórica, pero es más sencillo de ver si se ve el vídeo que aparece a continuación.

bottom of page